ESPÍNDOLA, UNA DEMOSTRACIÓN DE PASIÓN

Ignacio Espíndola y su equipo protagonizaron la historia destacada de la segunda edición de la carrera de los 300 Pilotos en el autódromo de Buenos Aires. El piloto de Mar del Plata sufrió un durísimo accidente durante los entrenamientos del viernes y su equipo junto al de su invitado Gastón Crova trabajaron 36 horas para poder recuperar la unidad y largar las competencias del domingo.

“El fin de semana lo arrancamos muy bien en el primer entrenamiento con elementos muy gastados. Cuando salimos a asentar todo, se cortó un flexible de freno llegando a la horquilla y lamentablemente el auto se clavó de punta, volcándose. Los daños fueron muy importantes, sumado a que se torció mucho, pero cuando estábamos por bajar los brazos entre la gente de la peña y de mi piloto invitado Gastón Crova intentamos ver la forma en que lo podíamos solucionar. Hicimos una reunión con la Comisión Directiva y la Técnica del Turismo Pista para ver si había posibilidad de recuperar el Fiat por las roturas era muchas. Tras una revisión, los autorizaron a reparar, sabiendo que no íbamos a poder largar si no se cumplían las medidas de seguridad necesarias”, relató Espíndola en primera instancia.

Y agregó: “A partir de ahí arrancamos con los trabajos, estuvimos toda la noche del viernes y el sábado hasta las 23:30. Se hizo mucho para llevar el auto a sus medidas originales, obviamente no quedó igual, pero se lo aproximó lo más que se pudo. Llevamos el elástico a la posición en la que iba. Éramos muchas personas metiendo mano, mi papá fue el encargado de todas las piezas de chapa y también de comandar todo. Con Gastón nos abocamos a la suspensión y lo alineamos el sábado a la noche, las medidas no eran precisas, pero tampoco estábamos lejos. Hicimos revisar el auto el domingo a la mañana y nos habilitaron a correr, lo cual ya era un premio después de semejante golpe”.

Tras superar la revisión técnica de la categoría, Espíndola y Crova pudieron vender la bandera a cuadros tanto en la carrera de titulares como en la de invitados. “Haber puesto el auto en pista nuevamente fue una cosa excelente y después nos sorprendimos con el ritmo de carrera, logrando avanzar hasta el puesto 23. Con todo lo que tuvimos que hacer, nos olvidamos de echarle nafta, así que salimos con lo que teníamos en el tanque y llegue a la última vuelta con el envión, así que vi la bandera a cuadros en el lugar 33. Después Gastón remontó 10 colocaciones más, lo que marca que el auto no quedó tan lejos de los valores, pero la reparación que tenemos que hacer es mucha porque se dañó el casco y tuvimos que cambiar un caño de la jaula. A pesar de todo, nos dejó correr y nos dio la alegría de que fue muy competitivo”, expresó el marplatense.

Por último, Espíndola remarcó que la reconstrucción total de la unidad será un proceso largo, pero apuestan a poder estar en la penúltima fecha del calendario. “El lunes cuando evaluamos los daños del accidente era más grave de lo que pensábamos. Gran parte de la carrocería y la jaula se vieron afectados, más otros elementos del auto, así que la reconstrucción iba a ser muy severa. Muchísima gente y compañeros de la categoría se acercaron a dar una mano, como así también dirigentes del Turismo Pista. Ese empujón nos dio la fuerza para arrancar con las reparaciones, así que enviamos el auto al taller de Pablo Palestini, que es quien lo construyó. Se está trabajando a destajo para ver si podemos estar en La Plata. Estamos muy agradecidos con todas las personas que se arrimaron de alguna manera u otra, como también con el equipo de Gastón Crova que no dudo en acompañar en el autódromo para reparar el Fiat”, concluyó.

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