VETTEL Y UN GUSTO CLÁSICO

El cuatro veces campeón del mundo de Fórmula 1 es uno de los pilotos más introvertidos de la parrilla de Fórmula 1, o quizá directamente el que más. Sin embargo, son muchas las temporadas que el alemán lleva en la cúspide del automovilismo mundial, lo que siempre permite conocer a los protagonistas quizás más de lo que ellos desearían.

De Vettel es conocido su amor por los vehículos clásicos, al igual que por las motocicletas del mismo corte. Así pues mientras otros optan por el último Hypercar del mercado, Vettel llega al circuito con una sonrisa de oreja a oreja a lomos de una Suzuki T500 de finales de los 60.

También han sido numerosas las ocasiones en las que se ha cazado al piloto alemán admirando de cerca los monoplazas clásicos de la Fórmula 1. Siempre que el organizador del evento exponía uno de estos vehículos, ahí estaba Sebastian para echar un ojo y acercarse tanto como le fuera posible. Resultaba sencillo verle hablar con los pilotos de estos clásicos, a veces coleccionistas privados, en otras ocasiones, los protagonistas que los manejaban décadas atrás.

Por lo tanto, no puede resultar sorprendente conocer que, según informa Bild, Sebastian Vettel ha adquirido un Williams FW14B, concretamente, uno de los chasis pilotados por Nigel Mansell en 1992, temporada en la que el británico arrasó, llevándose el título con prácticamente el doble de puntos que su compañero de equipo, Ricardo Patrese, y seguido en la distancia por Michael Schumacher y Ayrton Senna.

Considerado uno de los mejores monoplazas de la historia de la Fórmula 1, este vehículo diseñado por Adrian Newey destacó por su avanzada electrónica, incluyendo la hiper conocida suspensión activa, sin olvidar el motor V10 de Renault que se acercaba a los 800 caballos de potencia.

La cantidad pagada por el piloto alemán es desconocida, pero a buen seguro no habrá sido poca cosa cuando en verano de 2019 se subastó otra de las unidades del FW14B en Goodwood, llegando a superar los tres millones de euros debido a su increíble estado de conservación.

Fuente: The F1

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