LA EXTRAÑA NUEVA ETAPA DE RENAULT EN F1

El universo Fórmula 1 no es sencillo. Ni de explicar ni tan siquiera de entender. Al final, la mayor rareza es la de Ferrari, un equipo presente desde los inicios y que, adaptándose a las distintas épocas, siempre se ha mantenido estable haciéndoselo todo hasta la actualidad. En el resto de equipos, la F1 se resume en continuos bandazos. Incluso en las estructuras más clásicas como Williams y McLaren, con multitud de cambios de motoristas.

Y Renault no solo no es ajeno a estos bandazos, sino que ha sido protagonista recurrente, pasando por todas las fases imaginables como fabricar un motor pero usar otro nombre, ahora sí usar el nombre, ahora hacer el chasis, ahora dejar de hacerlo, ahora tener un equipo, ahora seguir teniéndolo pero con otro nombre, ahora venderlo, ahora comprarlo, ahora cambiar el nombre, y en último lugar, ahora comprar un motor.

Es irónico e incluso parece de guion de película que lo que precipitó el regreso de Renault a la Fórmula 1 como equipo en la presente etapa, en 2016, fue ni más ni menos que el hecho de que el equipo de Enstone, entonces llamado Lotus, comenzara a usar motores Mercedes, lo que fue casi tomado como una ofensa en Francia, decidiéndose a recomprar la factoría de Enstone para salvaguardar el honor de Renault y demostrar al mundo entero que eran el gran fabricante que todos deben admirar.

Y aquí estamos. En 2021 se dio el pasó de renombrar el equipo a Alpine para promocionar lo que los nuevos dirigentes señalaban como la Ferrari del grupo Renault, pero que seguiría usando motores Renault, y ahora, de forma más reciente, la confirmación de que en 2026, Alpine usará unidades de potencia Mercedes.

Económicamente es una maniobra más que entendible. Reputacional, no tanto. Pero nos encontramos en una etapa donde lo primero manda sobre lo segundo, y los ataques de orgullo, ambición y honor ya no marcan las líneas empresariales.

Las mismas razones que precipitaron el regreso de Renault porque había que salvar el buen nombre de la marca en 2016, han sido esgrimidas para su salida una década después. La F1 pierde un motorista tras revolucionar la normativa para atraer a un nuevo fabricante, y no nos engañemos, sin este compromiso y una estructura que ya no es Renault sino Alpine, y que cuenta con varios inversores extranjeros, sí, el equipo continuará, pero el fin de cualquier relación con Renault, es cada día más cercano, pues reparar esta decisión no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana, y más una vez el personal de Viry-Chatillon quede reasignado en otras áreas.

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