RED BULL SIN MOTORISTA

A finales de 2018, la FIA se reunía con potenciales motoristas de cara a una nueva reglamentación. Entre ellos, se encontraba Cosworth, muy interesado en entrar siempre que se eliminara la polémica MGU-H, así como oyentes de Volkswagen y Porsche, que nunca faltan a estas citas.

Antes de empezar a debatir y entrar en materia, Maurizio Arrivabene se levantó de su silla y lanzó un intenso speach aludiendo a la inversión que Ferrari ya había realizado y que no estaba dispuesto a perder. Tras esa reunión, la FIA dio un giro de 180 grados y en lugar de trabajar en un motor más simple, ratificó la continuidad de los actuales motores, tirando por la borda las reuniones de los dos últimos años, las cuales comenzaron con incluso intención de adelantar el reglamento técnico para simplificar la unidad de potencia.

De esta forma, la Fórmula 1 aceptaba ser un club más privado con cuatro motoristas; Mercedes, Ferrari, Renault y Honda. Hoy, uno de esos motoristas, ha dicho que se marcha, y no hay garantías de que no vaya a ser el único. De lo que sí hay garantías, es de que no va a entrar nadie más.

No solo es una tecnología poco práctica y terriblemente costosa de desarrollar, es que el resto de rivales llevaría más de siete años de ventaja. A ningún departamento de competición se le ocurriría entrar a un campeonato con este hándicap, y más tras observar por las dificultades que pasó la propia Honda, pero también Renault, siempre afectado por la fiabilidad, e incluso Ferrari, con una unidad de potencia nefasta en este 2020.

Y en mitad de toda esta problemática, Red Bull. El equipo con cuatro coches en la parrilla entendió que su relación con Renault no iba a ningún lugar si el fabricante francés trataba de ganar con su propio equipo, motivo por el que buscó un segundo plan. Ahí se iniciaron las asociaciones con Aston Martin. Pero no era el Aston Martin actual, en manos de Lawrence Stroll. Todas las relaciones iniciadas con el fabricante británico que podían desembocar en la construcción de un motor propio, murieron antes de empezar.

Cuando todo parecía perdido, se abrió la posibilidad Honda. McLaren, que tenía exclusividad, rompió el contrato con los japoneses. Heridos en el orgullo, éstos decidieron continuar en F1, y Red Bull vio un motor al que agarrarse. Esta relación finalizará tras tres años, y los problemas regresan para Red Bull.

Las relaciones del equipo de la bebida energética con Renault están rotas tras la agitada temporada 2018, repleta de acusaciones cruzadas. Mercedes y Ferrari se niegan en rotundo a proporcionar una unidad de potencia a un rival directo que les puede dejar con las vergüenzas al aire. Es decir, Red Bull se queda sin socios.

Solo queda la vía de emergencia, la de solicitar a la FIA un motorista tras no poder llegar a un acuerdo y que la Federación Internacional les asigne uno de forma unilateral en base a una ecuación, que tal y como está diseñada, no sería otro que Renault, ya que en estos momentos la casa francesa no proveerá a ningún equipo una vez su acuerdo con McLaren finalice este 2020.

Horner ya avisó de que si no había una situación apetecible para Red Bull, su etapa en Fórmula 1, podría llegar a su fin, buscando nuevos lugares para publicitar su bebida energética. Y la de tener como motorista a alguien que no solo es rival, sino que ni tan siquiera te quiere como compañero, no es un buen presagio.

Cuán diferente podría ser la situación si en aquellas reuniones de 2018 la FIA no se hubiese achantado ante Arrivabente y se hubieran cambiado lo único que entonces parecía fallar en la Fórmula 1, y que irónicamente, se mantiene inalterable para futuros años; la unidad de potencia.

Fuente: The F1

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